En el museo del Conjunto Arqueológico de Medina Azahara se encuentran expuestas diferentes piezas procedentes de dicha ciudad para que el visitantes al observarlas se haga a la idea de distintos aspectos de ella, desde la vida cotidiana de sus habitantes hasta el lujo que se mostraba en los espacios más destacados que se han hallado en la zona del alcázar, la zona alta, de la urbe.
Entre estas piezas, todas originales, sólo se hayan dos reproducciones y una de ella es la realizada de una exquisita y pequeña arqueta que en su día perteneció a Wallada, una de las hermanas del Califa Al-Hakam II y que es conocida como “la cajita de Wallada”. La original se encuentra en el Instituto Valencia de Don Juan entidad con sede en Madrid y dedicada a la conservación de las colecciones privadas de artes decorativas procedentes de los condes de Oñate y Valencia de Don Juan, y las reunidas por el fundador de esta institución creada en 1916, el arqueólogo y diplomático Guillermo de Osma y Scull.
Es una replica realizada en resina sintética que está muy conseguida, la original está hecha en marfil con bisagras de bronce en las que se observan restos de pan de oro y presenta una delicada y minúscula decoración de ataurique en la que se distinguen delicadas flores. Esta decoración vegetal se presenta en todo la pieza mostrando ese horror vacui, horror al vacío, tan típico del arte musulmán. Alrededor del borde de la tapa presentan una inscripción que se traduce así: ” En el nombre de Dios, bendición de Dios, regocijo, felicidad y alegría para la hermana Wallada por lo que se realizó en Madinat al Zahra en el año 355″ (966 d.C.). Este texto nos indica que esta cajita fue realizada en los talleres que hubo en la ciudad de Medina Azahara, considerados de los mejores del mundo en el arte eborario, es decir, en el arte de hacer creaciones de artes decorativas usando como material el marfil.
Dentro de este tipo de arquetas o cajitas se solía guardar maquillaje, algún tipo de perfume o materiales valiosos por ello estaban decoradas de forma tan elaborada.
La Cajita de Wallada, que hemos dicho que se conserva en un museo de Madrid, sólo es uno de los ejemplos de este tipo de objetos suntuarios que hay repartidos en colecciones por todo el mundo como por ejemplo la llamada “Arqueta de Fitero” que se conserva en la Iglesia Parroquial de Santa María de Fitero (Navarra), atribuida esta última al mismo autor que la de Wallada por su semejanza en el estilo y en sus parecidas inscripciones que datan ambas arquetas en las mismas fechas y las sitúan en Medina Azahara, la de Fitero sin embargo sí está firmada por el maestro Halaf, pero como acabamos de decir la autoría de ambas piezas se le concede a este señor.
También podemos encontrar este tipo de objetos expuestos en el Victoria and Albert Museum de Londres, en la Hispanic Society de Nueva York, en el Museo del Louvre, etc. Eran objetos muy cotizados y se dispersaron por todo el mundo tanto a colecciones privadas como a catedrales u otros edificios religiosos, para después pasar en algunos casos a exponerse en museos, etc.
Sea como fuere al menos podemos disfrutar de la belleza inigualable de estas piezas que se conservan en tan diversos lugares, en la mayoría de los cuales se valora a estas “joyas” como se merece y es por ello que se preocupan de su conservación y difusión para que todo el mundo pueda conocer a través de ellas un poquito de Medina Azahara y de Al Andalus, periodo brillante de la historia de España en el que el arte alcanzó cotas altísimas como se observa en estos objetos que se utilizaban para uso cotidiano por personas de los niveles más altos de la sociedad de la época.